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Musa paradisíaca: sembrando palabra y cosechando identidad

  • Writer: afrodescendenciaup
    afrodescendenciaup
  • May 22
  • 3 min read

Reseña de lectura del colectivo literario Musa Paradisíaca



El pasado jueves, 15 de mayo de 2025, la Casa Ruth en Río Piedras acogió una velada literaria que sacó la palabra académica del aula y la sembró en la comunidad. Allí, en un ambiente íntimo y cargado de emoción, se celebró el cierre del curso Escribir la Identidad, ofrecido por la escritora y profesora Mayra Santos-Febres, con la presentación del colectivo naciente de jóvenes escritores y escritoras: Musa paradisíaca.


El nombre, como explica la doctora Santos-Febres, evoca tanto al fruto híbrido y esencial del Caribe como a la imposibilidad de clasificar lo inabarcable: nuestras identidades -criollas, afrodescendientes, indígenas y cuir-, nuestras historias complejas, nuestras lenguas mestizas y nuestros cuerpos que escriben desde la experiencia, desde el margen, desde la vida. Tal como el plátano -ese alimento “más importante que el pan” a inicios de la colonización española-, la escritura que emergió de este seminario es variada, resistente, profundamente caribeña, y a veces imposible de encasillar.


Así como ese fruto necesita tiempo, calor y cuidado para alcanzar su punto justo de madurez, también la palabra escrita por estas manos jóvenes fue creciendo, soltando su dureza inicial, transformándose en alimento sensible y contundente. Sus textos conservan la frescura de una primera cosecha, pero también la hondura de quien ha cultivado, desde adentro, una mirada crítica y poética del mundo que les rodea.


A través del evento, las voces juveniles se dejaron sentir con fuerza, ternura y autenticidad. Fue una noche de confesiones valientes, versos íntimos, risas compartidas y silencios llenos de sentido. Los temas que abordaron les estudiantes -la experiencia racializada, el erotismo, la pérdida, la identidad, las violencias intrafamiliares, el terror antillano, el choque entre campo y ciudad- fueron tratados con los cuidados necesarios para conmover al público presente.


La estudiante Nahiomy Cruz Betancourt resumió así su experiencia:

"Cuando llegué a la lectura me sentía súper nerviosa, nunca pensé que habría tanta gente que escucharía mi trabajo más vulnerable. Sin embargo, mis compañeres de la Musa estuvieron ahí en el miedo conmigo, tal como lo han estado todo el semestre... La comunidad, sobre todo, es lo que me ayudó a poder vencer el miedo y sé que es lo que nos ha ayudado también a compartir todo nuestro trabajo duro".


Como parte del cierre, cada estudiante confeccionó un libro de artista con sus escritos, utilizando hojas de plátano para envolverlos, tal como se hace tradicionalmente con los pasteles puertorriqueños. Esta metáfora materializó la conexión entre escritura, cultura y afecto: cada libro fue una ofrenda a sí mismo, un pedazo de identidad envuelto en raíz.

La velada fue también la presentación oficial de les autores de esta primera cosecha paradisíaca: Alondra T. Rodríguez Almodóvar, Astrid Meléndez Rodríguez, Kris Ángela Rodríguez, Gianna P. Jiménez Román, Alondra M. Avilés Rodríguez, Steven Rey Rolón López, Nahiomy Cruz Betancourt, Coraliz Flores Oquendo, Theo Binga, Gloribel Delgado Esquilín, Dilores E. Martínez Escalera, Paula Norris Martínez, Mashleemar Flores Delgado, María F. Fernanda-Quilichini, Joserramón Núñez, Ámbar Sánchez Báez y Jorge Xavier Osorio.



Fotos por: Nahiomy Cruz Betancourt


El evento no solo marcó el fin de un semestre de trabajo creativo y crítico, sino el nacimiento de una comunidad literaria con propósito. La doctora Santos-Febres, visiblemente conmovida, cerró la noche con un deseo poderoso para su estudiantado: "Espero que los nervios que sintieron hoy siempre les acompañen", recordándoles que la vulnerabilidad es una parte esencial del acto creativo y una señal de que se está escribiendo con verdad.


Musa paradisíaca no es solo el nombre de un colectivo. Es una declaración poética, una siembra de voces nuevas que prometen seguir creciendo, desafiando y floreciendo en el fértil caos del Caribe.


 
 
 

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