top of page

El archivo afro: cimarronaje de la memoria

  • Writer: afrodescendenciaup
    afrodescendenciaup
  • Apr 24
  • 3 min read

Reseña de la Cumbre Afro en Nueva York



Fotos por Stephanie Rojas Rodríguez


La Cumbre Afro se ha celebrado por cuatro años consecutivos, siempre sirviendo como un espacio de encuentro y solidaridad entre toda la diáspora y el continente africano. Esta vez, rindiéndole homenaje a Arturo Alfonso Schomburg, la Cumbre llegó a Nueva York. El equipo del Centro de Investigación y Archivo Digital en Afrodescendencia, junto a sus invitadxs, colaboró con el Center for Puerto Rican Studies (CENTRO) de Hunter College, organizando una serie de paneles centrados en los archivos y la memoria. Además de estar presentes en el Schomburg Center for Research in Black Culture y el Centro de Estudios Puertorriqueños, nos relacionamos con los lugares y las calles donde Schomburg paseó — y sigue paseando — al igual que muchxs de nuestrxs familiares y ancestrxs. 



Las discusiones que se dieron en los paneles giraron en torno a una reimaginación de lo que es un archivo desde una epistemología afro, rompiendo con las estructuras jerárquicas y fundamentalmente racistas de la academia y la disciplina archivística. El archivo siempre se ha imaginado como un espacio donde se preserva información denominada “importante”, que solo puede ser accedido por intelectuales y figuras de alta alcurnia. Esta definición priva a las comunidades del conocimiento que debería ser público y, a su vez, condena a la historia afro al olvido. 


Los archivos, como se conciben en Occidente, están cargados de silencios que encubren la violencia a la cual hemos sido sometidxs y dan legitimidad a aquel comentario que una vez le hicieron a Schomburg: que lxs negrxs no tenemos historia. La verdad es que lxs negrxs tenemos historia, solo que las instituciones blancasupremacistas no se han interesado por ella. Sin embargo, nuestros pueblos tienen memoria, tanto de grandes acontecimientos como de la cotidianidad de tiempos pasados. Esta memoria colectiva la llevamos en el cuerpo, tejida entre cabellos rizados y compartida de piel a piel, haciendo de nosotrxs un archivo. 





Pero los paneles no fueron el único punto donde la figura de Schomburg unió a la Cumbre Afro con el Centro. El recorrido de Harlem convirtió a esas historias lejanas de lxs afropuertorriqueñxs en los Niuyores y sus relaciones con otrxs caribeñxs, latinoamericanxs y estadounidensxs afro en una memoria ancestral que aún respira. Nuestros cuerpos y los lugares que frecuentaron nuestrxs ancestrxs se encuentran, obligándonos a recordarles, recordarnos. 


Los colonizadores asesinaron a miles de personas para arrebatarles sus tierras y su humanidad. Les esclavizaron para aguantar el peso de la avaricia de Occidente sobre nuestras espaldas laceradas, hasta parir al Nuevo Mundo. Todo este sistema de violencia y explotación descansó sobre el olvido de las culturas a las que pertenecían las personas esclavizadas, así negándoles su humanidad. Recordar es, entonces, una ruptura de la normalidad en la plantación, de modo que se convierte en un acto de cimarronaje. Asimismo, el trabajo del archivo, desde una epistemología y poética afro, es recoger nuestros relatos y conectarlos, hilando una historiografía afro que pueda enfrentarse al sistema y destruirlo, construyendo la libertad desde la memoria. 





Por eso es que no solo nos hemos rehusado  a olvidar los siglos de deshumanización y violencia, sino que hemos optado por mantener viva la memoria de todo aquello que nos han querido arrebatar: nuestras identidades, orígenes, historias, tierras, cosmovisiones y formas de vivir. El encuentro entre la diáspora puertorriqueña en Nueva York fue otra forma de recordar; asegurándonos de que jamás puedan borrar la unidad y el afecto entre nosotrxs. Juntxs mantenemos vivxs a nuestrxs ancestrxs y a los lugares que pertenecían, que también son parte de nosotrxs. 


Para culminar, se dio un batey de bomba en el Centro de Estudios Puertorriqueños, una práctica que hemos cargado desde África hasta el Caribe y del Caribe hasta Nueva York. No hay nada tan simbólico de la preservación de la memoria y del archivo afro que un evento como este. A pesar de toda la violencia que nos ha distanciado, nos seguimos reconociendo.



“Sin conocernos, nos reconoceremos en los ojos cargados de sueños.” 
-Nicolás Guillén en El Apellido

 
 
 

Comments


bottom of page